sábado, 6 de febrero de 2010

No es muy bueno pero qué más da...


ALQUIMIA- y la concepción metalizada

“Es un desierto lleno de imágenes tácitas; después, un laberinto que persigue un sólo fantasma, un oído sordo al que le gritan sirenas sin rostro, una niña herida reflejada en el preciso estorbo.
Entonces, por favor, hablame sin sonidos; susurra sin atarme a vocales secas. Porque si pisas la única lagrima rota que me queda, amor, el aire la inunda, la penumbra se quema.
Voy a tener que crucificar al fantasma y liberar a la niña de ese hilo de cristal que la amarra, darle imagen a mis rostros y aceptar El mal como a un tesoro.
Voy a tener que ir transformando, amor, tus ojos, en algo mas allá que estar en mi camino, en algo que nunca se cierre, en algo infinitamente viejo.
Te muestro, parte por parte, lo inmenso que no esta más; voy a ir transformando mi calma para cambiar mi lugar. Es que no lo puedo evitar, ir transformando mi calma en un sitio que quieras habitar”.

jueves, 8 de octubre de 2009


Aquello podría crucificar el alma, maldecirla, atabiarla, romper su costado mas oscuro...pero ¿tiene costados su alma? ¿tiene límites?
Sabe, siente, que algo tiene que curarse, pero es tan indescifrable el nombre de Dios, como su alma que es Dios. No tiene dudas, tampoco duda de su demencia, de su torpeza para querer y odiar. Ni siquiera sabe si son suyas las cualidades o si un demiurgo se las regaló para que las interprete con disimulo.
¿Será el disimulo lo que hace ajeno al otro? ¿ Serán trampas los gestos, el viento, el roce, lo sutil de un cuerpo sin trucos?
Aquello podria ser un amparo a la picardia, pero no. Prefiere escalar con los pies descalzos, reirse de las cosquillas del pasto, suspirar (esa eterna caricatura del nostálgico) con tibieza, hacer de su origen un relámpago. Módico pesar, no saberse origen.

domingo, 31 de mayo de 2009

...y no hay razón para nada, de haber razón para tanto...


Finjamos que soy feliz, triste Pensamiento, un rato; quizá prodréis persuadirme, aunque yo sé lo contrario, que pues sólo en la aprehensión dicen que estriban los daños, si os imagináis dichoso no seréis tan desdichado. ///

Sírvame el entendimiento alguna vez de descanso, y no siempre esté el ingenio con el provecho encontrado.Todo el mundo es opiniones de pareceres tan varios, ue lo que el uno que es negro el otro prueba que es blanco. A unos sirve de atractivo lo que otro concibe enfado; y lo que éste por alivio, aquél tiene por trabajo. El que está triste, censura al alegre de liviano; y el que esta alegre se burla de ver al triste penando. ///

Los dos filósofos griegos bien esta verdad probaron: pues lo que en el uno risa, causaba en el otro llanto. Célebre su oposición ha sido por siglos tantos, sin que cuál acertó, esté hasta agora averiguado.Antes, en sus dos banderas el mundo todo alistado, conforme el humor le dicta, sigue cada cual el bando.///

Uno dice que de risasólo es digno el mundo vario; y otro, que sus infortunios son sólo para llorados. Para todo se halla prueba y razón en qué fundarlo; y no hay razón para nada, de haber razón para tanto. Todos son iguales jueces; y siendo iguales y varios, no hay quien pueda decidir cuál es lo más acertado. ///

Pues, si no hay quien lo sentencie, ¿por qué pensáis, vos, errado,que os cometió Dios a vos la decisión de los casos?///

O ¿por qué, contra vos mismo, severamente inhumano, entre lo amargo y lo dulce, queréis elegir lo amargo? ///

Si es mío mi entendimiento,¿por qué siempre he de encontrarlo tan torpe para el alivio, tan agudo para el daño? El discurso es un acero que sirve para ambos cabos: de dar muerte, por la punta, por el pomo, de resguardo. Si vos, sabiendo el peligro queréis por la punta usarlo,¿qué culpa tiene el acerodel mal uso de la mano?///

No es saber, saber hacer discursos sutiles, vanos; que el saber consiste sólo en elegir lo más sano. Especular las desdichas y examinar los presagios, sólo sirve de que el malcrezca con anticiparlo.///

En los trabajos futuros, la atención, sutilizando, más formidable que el riesgo suele fingir el amago. Qué feliz es la ignorancia del que, indoctamente sabio, halla de lo que padece, en lo que ignora, sagrado! No siempre suben seguros vuelos del ingenio osados, que buscan trono en el fuego y hallan sepulcro en el llanto.///

También es vicio el saber, que si no se va atajando,c uando menos se conocees más nocivo el estrago; y si el vuelo no le abaten, en sutilezas cebado, por cuidar de lo curioso olvida lo necesario. Si culta mano no impide crecer al árbol copado, quita la sustancia al fruto la locura de los ramos.///

Si andar a nave ligera no estorba lastre pesado, sirve el vuelo de que sea el precipicio más alto.En amenidad inútil,¿qué importa al florido campo,si no halla fruto el otoño,que ostente flores el mayo?///

¿De qué sirve al ingenio el producir muchos partos, si a la multitud se sigue el malogro de abortarlos? Y a esta desdicha por fuerza ha de seguirse el fracaso de quedar el que produce, si no muerto, lastimado. El ingenio es como el fuego, que, con la materia ingrato, tanto la consume máscuando él se ostenta más claro. ///

Es de su propio Señor tan rebelado vasallo, que convierte en sus ofensaslas armas de su resguardo.///

Este pésimo ejercicio, este duro afán pesado, a los ojos de los hombres dio Dios para ejercitarlos.///

¿Qué loca ambición nos lleva de nosotros olvidados? Si es para vivir tan poco, ¿de qué sirve saber tanto? ¡Oh, si como hay de saber,hubiera algún seminario o escuela donde a ignorarse enseñaran los trabajos!///

¡Qué felizmente viviera el que, flojamente cauto,burlara las amenazas del influjo de los astros!///

Aprendamos a ignorar, Pensamiento,

pues hallamos que cuanto añado al discurso,tanto le usurpo a los años.
Sor Juana

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viernes, 13 de marzo de 2009

En qué satisface el recelo con la retórica del llanto (pequeño título)


Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te persuadía,

que el corazón me vieses deseaba;

y amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto que el dolor

vertía,el corazón deshecho destilaba.


Baste ya de rigores, mi bien, baste;

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu virtud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos.
Sor Juana Inés de la Cruz

martes, 3 de marzo de 2009


sábado, 27 de septiembre de 2008

La belle dame sans merci ( La bella dama sin Piedad)

I Ah, ¿Qué es lo que te aflige, maltrecha criatura.Solitario y pálido vagabundo?El junco se marchita en el lagoY ningún pájaro canta. II Ah, ¿Qué es lo que te aflige, maltrecha criatura,Tan demacrado y tan lleno de dolor?El granero de la ardilla esta llenoY la cosecha ya ha sido recogida. III Veo un lirio en tu cejaCon la húmeda agonía de las gotas de febril rocíoY en tu mejilla una rosa que se desvaneceTan rápidamente como se marchita IV Conocí a una dama en los pradosLlena de belleza, una niña de las hadas;Su pelo era largo, su caminar ligeroY sus ojos salvajes V La senté en mi corcel trotadorY nada más ví durante el resto del díaA mi lado ella se recostó, y cantóUna canción de las hadas. VI Hice una guirnalda para su cabezaBrazaletes también, que la llenaron de fragancias;Ella me miró y me hizo el amor Con dulces quejidos. VII Ella me encontró raíces de dulce saborMiel salvaje y maná del rocíoY en un lenguaje ciertamente extraño le dijo-‘Te amo’ VIII Ella me llevó a su gruta encantadaY allí me contemplo, y suspiro profundamente,Y allí cerré sus ojos salvajesPara besarla hasta caer rendidos. IX Y entre el musgo sucumbimos al sopor Y allí soñé – Ah! dolor!El último sueño que jamás tuveEn la pendiente de la fría colina. X Ví pálidos reyes, y princesas también,Pálidos guerreros, todos con la palidez de la muerte;Ellos gritaban – ¡‘La bella dama sin piedadTe ha esclavizado!’ XI Vi sus hambrientos labios en la penumbraCon un horrible bostezo avisador,Y me desperté, encontrándome aquíEn la pendiente de la fría colina XII Eso es lo que ha hecho que me encuentre aquí Solitario, pálido y vagabundo,Aunque el junco se marchite en el lagoY ningún pájaro cante. John Keats


jueves, 11 de septiembre de 2008

La piedra filosofal, el objetivo de la alquimia


Considerada como una pseudo-ciencia, la alquimia se practicó aproximadamente desde el siglo IV a. C. hasta el surgimiento de la química y las ciencias naturales, a comienzos del XVII. Su época de época de esplendor se sitúa en la Europa medieval
A partir de la etapa final de la Edad Media se escribieron numerosos libros el denominado «Arte Hermético». La palabra alquimia, del árabe al-kimiya, cuyo significado es similar al de química, tiene, sin embargo, una connotación distinta al concepto actual del término, ya que hace referencia a trascendental, espiritual. Tres fueron los objetivos fundamentales que persiguieron los alquimistas. Por un lado intentaron la transformación de metales innobles, como el plomo y el cobre en metales preciosos, como la plata y el oro. Además, trataron de crear una sustancia que fuera capaz de curar todas las enfermedades. Finalmente se aplicaron a descubrir el elixir de la inmortalidad.
Todo se resumía en la búsqueda de la piedra filosofal, considerada como la única sustancia capaz de conseguir la transmutación, la panacea universal y la inmortalidad. La creencia más extendida afirmaba que esta sustancia, puesta en un metal innoble como el hierro, mediante el proceso de fusión, sería transformada en oro.
La verdadera Piedra Filosofal es roja. Este polvo rojo posee tres virtudes:
1. Transforma en oro el mercurio o el plomo en fusión, sobre los cuales se deposita una pulgarada. (Digo en oro, y no “en un metal” que se le aproxime más o menos, como lo ha creído, ignoro por qué, un sabio contemporáneo)
2. Constituye un enérgico depurativo de la sangre y, cuando se la ingiere, cura cualquier enfermedad.
3. También actúa sobre las plantas, y las hace crecer, madurar y dar frutos en unas horas.
Los siete principios fundamentales
Los alquimistas creyeron firmemente en la existencia de siete principios básicos fueron utilizados para crear sistemas simbólicos. Estos siete fundamentos eran el fuego, el aire, la tierra y el agua, además de otros tres elementos esenciales: la sal , el mercurio y el azufre. El azufre poseía un carácter masculino, mientras que al mercurio se le atribuían peculiaridades femeninas y pasivas.
La alquimia buscó su apoyo en la ciencia de la astrología, pues desde los tiempos antiguos existía la creencia de que cada metal se encontraba bajo el influjo de un cuerpo celeste; por ejemplo, el hierro se correspondía con Marte, la plata con la Luna, el oro con el Sol, y así sucesivamente. De esta manera, cada metal era asignado con un símbolo igual que el de su planeta correspondiente.
La alquimia parte de la teoría de que los tres elementos fundamentales pueden ser combinados en distintas proporciones para formar nuevos cuerpos.
Los alquimistas:
Los alquimistas, en su afán de conseguir nuevos materiales, desarrollaron diversas técnicas químicas, tales como la filtración y la destilación. Asimismo, crearon nuevas aleaciones, descubrieron elementos desconocidos hasta entonces y obtuvieron por métodos químicos los ácidos y las bases más comunes.
Habitualmente, los alquimistas eran también médicos y poseían conocimientos de astrología y filosofía. El más célebre de ellos fue, sin duda, el suizo Paracelso (imagen:h. 1493 - 1541), considerado como el iniciador de la medicina hermética y la terapéutica química. Otros importantes alquimistas fueron Zósimo el Panopolita, autor de varios textos sobre esta disciplina, Bolos de Mendes, que enunció el principio de la Unidad de la materia primera, Marcus Graecus o Roger Bacon. Cada uno de ellos iniciaba en el arte a sus discípulos, transmitiéndoles su experiencia.
Los conocimientos fueron registrados por e mediante el empleo de simbolos y figuras; generalmente, estas obras se escribían bajo seudónimo. Por otra parte, la carencia de un patrón idéntico para el uso de los signos y símbolos dificulta en gran medida el estudio de la alquimia. l.