viernes, 13 de marzo de 2009

En qué satisface el recelo con la retórica del llanto (pequeño título)


Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te persuadía,

que el corazón me vieses deseaba;

y amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto que el dolor

vertía,el corazón deshecho destilaba.


Baste ya de rigores, mi bien, baste;

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu virtud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos.
Sor Juana Inés de la Cruz

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